
TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH)
El TDAH es considerado por la psicología infantil y juvenil como uno de los trastornos más importantes que existen en la actualidad (Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, 2002). Además, se establece que el porcentaje de población con TDAH en edad escolar está entre el 3 y 7% y dicho trastorno tiene bases genéticas y neurológicas (Rivera-Flores, 2013). Desde hace aproximadamente una década el TDAH es uno de los trastornos de la infancia con mayor estudios realizados por educadores y psicólogos, y aun así todavía quedan muchas cuestiones por resolver.
Barkley (1990) contextualiza el trastorno como “Un desorden en el desarrollo atencional, autocontrol de la impulsividad y la conducta que aparece precozmente, su naturaleza es permanente de forma significativa, y no se determina como retraso mental, sordera, ceguera, alteraciones neurológicas graves o severa alteración emocional” (p.47).
El TDAH en el DSM-5(2014) (Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) se define como una conducta reiterativa de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Además, establece que el TDAH afecta al desarrollo del sistema nervioso y éste posiblemente evolucione con el tiempo y provoque dificultades para el desarrollo cognitivo, viéndose afectado a nivel educativo y posteriormente en el ámbito laboral. La dificultad en la atención conlleva a la incapacidad de seguir tareas, pérdida frecuente de materiales y generan la sensación de no escuchar cuando se les habla. La hiperactividad-impulsividad significa que el individuo tiene un movimiento nervioso elevado, no es capaz de estar sentado durante un tiempo prolongado, provoca interrupciones y no respeta turnos. Todo esto a unos niveles que no hacen referencia a la edad o el nivel de desarrollo que requiere el individuo. No se debe olvidar que, el TDAH a menudo permanece en el individuo hasta la edad adulta, con consecuencias en dificultades para las relaciones sociales, académicas y laborales. (Marta, 2018, p.20)
En Academia SeAprende se ha realizado un estudio específico sobre el TDAH y realizamos adaptaciones curriculares para que el estudiante mejore su rendimiento educativo. Además, trabajamos la atención, el control de los impulsos, la organización, planificación, entre otros. Ofrecemos una intervención completa mediante sesiones con las familias para entender el trastorno y el comportamiento del niño/a. Mejoraremos la relación familiar y la relación con los demás. No estas solo/a nosotros estaremos contigo.
TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN (TDAH-DA)
Este trastorno se caracteriza por que solo aparece el síntoma de déficit de atención. Presentan un proceso cognitivo más lento de lo esperado para su edad. No suelen presentar problemas de comportamiento.
Según la fundación CADAH, la psicología cognitiva señala que la atención debe ser entendida al menos en tres dimensiones o tipos: selectiva, dividida y sostenida.
Por atención selectiva entendemos la capacidad de un organismo para concentrarse en una sola fuente de información y en la realización de una única tarea, excluyendo aquellas otras fuentes que puedan interferir en ella. Una de las estrategias más eficaces para la atención selectiva es la explotación exhaustiva de ambiente, buscando aquel estímulo que se considera el relevante. La búsqueda selectiva es mejor cuando contamos con disposiciones que nos permitan anticipar el modelo denominado "ciclo perceptual", donde se incluyen los esquemas anticipatorios. Ahora bien, el modelo que mejor explica la atención selectiva es el elaborado por Donald Broadbent, conocido como "metáfora del filtro" o "cuello de botella".
La atención dividida se refiere a los mecanismos que una persona pone en funcionamiento para atender simultáneamente varias demandas del ambiente. Para actuar correctamente en esta situación, la persona tendrá que distribuir recursos de atención hacia cada actividad. En estos casos lógicamente, la atención se concibe como un almacén de recursos que hay que distribuir entre las diversas tareas, algunas de las cuales pueden ser más exigentes que otras. Las que menos recursos demandan son las acciones altamente automátizadas. Pero los recursos atencionales son limitados y solamente podremos atender unas pocas actividades a la vez. Para que la distribución sea eficaz debe existir un procesador central o ejecutivo que se encarga de planificar los recursos.
Finalmente, la atención sostenida. Esta se puede entender como el tiempo que una persona es capaz de concentrarse en un estimulo simple o en una representación antes de que empiece a cometer errores. En las actividades escolares la atención sostenida es fundamental, al igual que en muchas actividades laborales (controladores aéreos, controladores de tráfico, juegos, corregir galeradas, examinar productos, etc).
Además la capacidad de la atención está influida por varios factores:
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Evaluación de esfuerzo que requiere la tarea.
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Disposición estable orientada a la supervivencia.
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Orientación a objetivos transitorios dependientes de las necesidades del momento.
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El nivel de activación emocional (arousal).
Los niveles de activación son un factor crucial. Cuanto mayor es el nivel de activación, mejores resultados se obtienen, siempre que no sobrepase el punto óptimo. Parece lógico pensar que en el déficit de atención, las diferentes clases de atención no se optimizan de igual forma. Los tipos de atención que más se ven afectados en los niños con Déficit de Atención suelen ser: la atención sostenida y selectiva.
En Academia SeAprende trabajamos la atención ofreciendo estrategias y técnicas específicas. De este modo, entrenaremos la atención mediante un proceso controlado y supervisado para que el estudiante consiga mejorarla.
TIPO CON PREDOMINIO HIPERACTIVO-IMPULSIVO (TDAH-HI)
En este caso tan solo aparecen síntomas de hiperactividad y/o impulsividad, sin que existan signos de falta de atención. Hay mayor vulnerabilidad a manifestar conductas agresivas.
Según la fundación CADAH algunas características que podemos señalar de los niños con hiperactividad son:
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Están en movimiento constante.
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Se levanta Merodean sin sentido.
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No son capaces de aguantar una clase entera sentados.
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En clase suelen molestar a los compañeros, porque cuando están sentados se mueven mucho en la silla, enredan con las manos y los pies, cambian mucho de postura, lo tocan todo y a menudo pierden o se le caen cosas al suelo.
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Suelen hablar sin parar, son ruidosos y cuando están sentados dan golpecitos o canturrean.
Los padres suelen referirse a que los niños muerden o rompen los lápices y bolígrafos, desarman las cosas que tienen piezas y pierden o estropean algunas y luego ya no pueden volver a armarlas. A veces también muerden la ropa o tiran de `hilos` que tienen por lo que terminan destrozando muchas prendas.
Conforme los niños van creciendo la hiperactividad tiende a disminuir, pero aunque el movimiento desaparezca, a menudo verbalizan que se sienten inquietos o nerviosos por dentro.
Debemos señalar que este nivel de actividad es excesiva es inapropiada en relación tanto con la edad como con la situación determinada en que se encuentre el afectado. Esta actividad excesiva dificulta el trabajo del niño y de los compañeros en el colegio, provocando interrupciones al profesor, produciendo evidentemente consecuencias negativas a nivel social, escolar y por extensión, familiar. Estos síntomas suelen responder bien a la medicación estimulante.
Por otro lado, encontramos la impulsividad como rasgo diferenciador de los niños con TDAH. Veamos algunos ejemplos de situaciones que pueden darse debido a ella.
Los niños impulsivos presentan dificultades para inhibir o modular sus respuestas o reacciones inmediatas ante las situaciones. Con esto nos referimos a que les resulta complejo no hacer o decir lo primero que se les pasa por la cabeza y evidentemente no piensan en las consecuencias de sus actos o sus acciones.
Por ello, en ocasiones en clase responden sin pensar en lo que se le está cuestionando, y en muchas ocasiones antes de que el profesor termine de formular la pregunta.
En ocasiones emiten comentarios negativos, despectivos o fuera de tono, lo que les puede causar un castigo o un punto negativo en clase o bastantes problemas a nivel social. Por ejemplo, si un compañero responde mal a una pregunta del profesor, puede burlarse en voz alta, por lo que merecerá un castigo, cosa que otro niño menos impulsivo pensaría pero no diría, puesto que adelantaría la consecuencia que podría tener.
Un signo de impulsividad y de inatención suele ser la mala caligrafía y la mala organización con el espacio en el papel, debido a que escribe rápido (impulsividad) y sin fijarse bien (inatención).
